Ahora es frecuente encontrar parejas que están genuinamente emocionadas porque viven por segunda vez la aventura de preparar su boda. Si te encuentras en este proceso y para que esta unión sea duradera, deben considerar con tu novio algunos puntos importantes y tener en cuenta el protocolo a seguir. Por Karla Rímola y Raquel Müller […]
Si te encuentras en este proceso y para que esta unión sea duradera, deben considerar con tu novio algunos puntos importantes y tener en cuenta el protocolo a seguir.
Por Karla Rímola y Raquel Müller
El tabú del qué dirán son cosas del pasado, lo ideal es celebrar una boda muy suya, con variantes, estilos, momentos y lugares, que la hagan inolvidable.
Sin duda, la experiencia de lo vivido en un enlace previo, de uno o de ambos, les permitirá relajarse esta vez y disfrutar de los preparativos, sin tener que preocuparse por cada pequeño detalle. Si es la primera vez para alguno de los dos, vale la pena hablar de cuáles son las expectativas de la ceremonia y recepción, y llegar a un acuerdo que les ayude a disfrutar de todo el proceso.
Ya sea sencilla o suntuosa, que sea la mejor. Los rituales de la celebración de bodas, como bailar el vals, arrojar el ramo, o la liga de la novia, que se realizan en las bodas de primera vez, no tienen por qué ser omitidas en esta ocasión. El secreto es que ambos estén de acuerdo y felices con su decisión.
El gran día se acerca
Cuando decidan casarse, primero anúncienlo a sus hijos, luego a sus padres, a sus exparejas y después a los amigos y al resto de la familia.
Consideren las diferentes posibilidades. Pueden hacer la boda que siempre quisieron, por ejemplo, si los dos tuvieron un enlace previo tradicional opten por algo más audaz y llamativo, sin perder de vista que sea el reflejo de sus personalidades o gustos.
Si eres la novia, usa un vestido del color y largo que prefieras. Sin embargo, si prefieres blanco toma en cuenta que ya no es exclusivo de la primera vez.
Al dar inicio a los preparativos, traten de ser sensibles a las diferentes expectativas, principalmente si es la primera boda para alguno de los dos. El hecho de tener la oportunidad de volver a amar despierta la ilusión de casarse, sin importar las circunstancias del pasado. Según la organizadora de eventos Bárbara García, dependerá de los novios la manera como quieran celebrar. Lo recomendable es que sean auténticos al planificar su boda, y transmitir en el evento la personalidad que han desarrollado como pareja.
“La ceremonia y la recepción sin duda son diferentes a la primera, pero ahora ambos tienen la oportunidad de enfocarse en los detalles. Normalmente hay una ceremonia civil en donde los novios se concentran en hacer del evento una fiesta más grande y especial, ya que en las primeras nupcias el civil es pequeño y considerado solamente como un trámite”, agrega García. Si uno o ambos tienen hijos conviene involucrarlos, pues son parte fundamental de la nueva familia. Asígnenles roles especiales, como saludar a los invitados en la puerta de la iglesia o de la recepción, escoltar a la novia hacia el altar o tener una lectura en la ceremonia. La idea es que se sientan parte del nuevo matrimonio.
Realizar unas segundas nupcias puede tornarse una decisión difícil, pero la vida es tan indulgente con las personas que siempre ofrece nuevas alternativas para ir en busca de la felicidad. No es válido sentirse limitado por un fracaso amoroso anterior.
Los trámites legales
Aún en 2010, en Guatemala se estipulaba en el Código Civil, artículo 89, que la mujer debía esperar trescientos días después de haberse divorciado para contraer nuevamente nupcias. Este fue derogado según el decreto 27-2010.
Actualmente el único requisito para volverse a casar, es haber concluido el vínculo conyugal con la primera pareja, no existe ningún tipo de restricción en cuanto al tiempo para volver a pasar por ese procedimiento.
Construir su relación
Antes de dar este gran paso con tu nueva pareja, la orientadora familiar Elena Viau, aconseja analizar desde todas las perspectivas, si ya se conoce suficientemente al ser amado y si su manera de vivir es similar a la tuya.
Lo ideal es que ambos compartan una relación por suficiente tiempo, durante la cual comprueben que las metas, pensamientos, hábitos e ideales concuerdan. Habiendo hijos pequeños o adolescentes de uno o de ambos, tendrán que haber convivido y experimentado cómo se siente cada quien en este nuevo rol.
Asimismo, vale la pena que recuerden que no todas las personas son iguales y al vivir en pareja irán descubriendo cualidades que posiblemente a la pareja anterior le faltaban.
Como explica Viau “debe entenderse que no hay matrimonio perfecto y de antemano surgirán inevitablemente inconvenientes que deben afrontarse uno a la vez con alegría y con fe”. Este consejo no solamente es para la mujer, sino también para el hombre, ya que deben haber cerrado hasta donde sea posible la relación anterior.
“Busquen la ayuda necesaria para salir de la crisis, tomen las acciones correctivas indispensables, cuenten con estrategias futuras que den paso a la oportunidad de un aprendizaje que los haga crecer como personas”, señala la psicóloga y orientadora familiar Rita Polo de Ponciano.
Ya sea que uno o los dos tengan hijos, les conviene darse la oportunidad de vivir con positivismo el proceso de transición cuando se unan en matrimonio. “Cuando las demandas de cambio son satisfechas y la transición es exitosa, las familias adoptan la nueva modalidad de funcionamiento, que suele ser un poco más compleja”, explica la psicóloga Claudia Cuyún.
“Estadísticas muestran que el 80 por ciento de quienes se separan, se vuelven a casar”, Claudia Cuyún, psicóloga y asesora educativa familiar.
Nueva vida, nuevas reglas
Abordar el tema de un nuevo matrimonio con los hijos de una relación previa, puede verse como todo un desafío, pero la mejor base para hacerlo es que el o los hijos, se den cuenta por experiencia propia que la madre o el padre ha rencontrado la felicidad, y la nueva pareja está en la capacidad de ofrecerle un núcleo familiar estable y de amor.
“Las familias ensambladas o mixtas saludables, más allá de su configuración, son flexibles, creativas y poseen una buena medida de sentido del humor. Cuentan con sus propios recursos emocionales, o bien son capaces de pedir ayuda cuando la necesitan y por lo tanto, pueden implementar cambios en su organización, según sean sus circunstancias y necesidades”, indica Cuyún.
De esa cuenta, la mejor prueba es haber logrado mantener una relación amigable con la ex pareja, y estar viviendo un ambiente positivo en el nuevo matrimonio donde cada miembro es respetado y amado. Lo principal es comenzar solvente de conflictos emocionales y deudas de relaciones anteriores, evitar hablar mal de la ex pareja y procurar siempre mantener un ambiente de respeto, tolerancia y apertura con todos los integrantes de la nueva familia.
Inicia esta nueva etapa con seguridad, positivismo y alegría. Si tienes claro lo que conlleva el matrimonio, estarás lista para ser feliz con alguien nuevo. Ambos deben cuidar su relación para resguardar los sentimientos de nuevos golpes, de nuevas heridas y luchar porque esta vez sí sea “hasta que la muerte nos separe”.
Inicia esta nueva etapa con seguridad, positivismo y alegría, si tienes claro lo que conlleva el matrimonio, estarás lista para adentrarte a ser feliz con alguien nuevo”.