El tema económico es indispensable tratarlo en pareja antes del matrimonio, definiendo a su vez reglas claras a la hora de organizar el presupuesto que juntos compartirán. Por Margarita Pacay En todo matrimonio debe prevalecer la comunicación eficaz para concretar con madurez el manejo del dinero, según la situación de los ingresos que ambos obtengan […]
Por Margarita Pacay
En todo matrimonio debe prevalecer la comunicación eficaz para concretar con madurez el manejo del dinero, según la situación de los ingresos que ambos obtengan y los acuerdos a los que lleguen. De esa cuenta, el apoyo económico y las tareas compartidas deben ser de los temas prioritarios a la hora de desear vivir bajo el mismo techo. Esto es básico, ya que es uno de los puntos que tienden a debilitar la relación cuando no se habla ni se asume compromiso al respecto.
Claudia García Mancilla, del Área de Investigación y Consultoría Económica, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, Asies, explica que si se ha tomado la decisión de unir los dos ingresos lo recomendable es asegurarse de que el presupuesto permita cubrir las necesidades de ambos. En caso contrario, si se decide que cada quien brinde un aporte por separado hay dos opciones: o se establecen las cargas proporcionales al ingreso en porcentaje o se definen rubros específicos en los que ambos han de colaborar.
La socióloga Ana Silvia Monzón explica que la economía es uno de los temas cruciales en las relaciones de pareja, en donde muchas veces tienden a influir las creencias que se han inculcado, como el hecho de que “el dinero no va con lo que se espera de un perfil de mujer abnegada, sacrificada”. Pero ambos tienen los mismos derechos de opinar, aportar y compartir las tareas del hogar.
En el libro El sexo oculto del dinero, la terapeuta argentina Clara Coria muestra que mujeres y hombres nos relacionamos de distinta manera con el dinero, mientras ellas lo ven como un mal necesario, pero que no está en el centro de sus vidas; para los hombres, en tanto se espera que sean los proveedores de las familias, el recurso económico es crucial, saben que serán “medidos” o evaluados, en función de su capacidad para generar dinero. Así que si estos temas no se hablan claramente en las relaciones de pareja, los problemas que acarrean suelen provocar tensiones e incluso rupturas.
En cuanto a las futuras esposas es conveniente que exterioricen su postura en relación al manejo del dinero en pareja y seguir siendo autónomas, sobre todo cuando trabajan y apoyan en la economía del hogar. De hecho, sus sueños deben estar encaminados a seguir creciendo con profesionalismo y no depender económicamente, porque esto las hará más seguras, libres y fortalecidas en su amor propio, agrega Monzón. Quienes realizan tareas en casa, incluso esforzándose en el cuidado de los hijos, personas enfermas o ancianas, deben contabilizar ese aporte y darle un valor económico, para visibilizar su contribución a la pareja y a la familia, añade Monzón.
Claudia García Mancilla, del área de investigación y consultoría económica, de Asies, sugiere algunas recomendaciones para que juntos organicen su presupuesto.
El primer paso es sumar los ingresos del hogar, de esa forma pueden establecer la cantidad total de dinero en efectivo que se obtendrá, y la frecuencia quincenal, mensual o anual.
Al contar con la suma total de todos los ingresos se anotan los gastos. La forma ideal de colocarlos será dando prioridad a aquellos rubros que no pueden dejar de pagarse: gastos fijos, variables y eventuales.
Dentro del presupuesto definan la periodicidad de los gastos. Es importante dejar establecido un porcentaje, el cual debe respetarse, para destinarlo al ahorro o algún proyecto en específico. El objetivo del presupuesto debe ser flexible para realizar los cambios necesarios, y para ello será indispensable revisarlo cada cierto tiempo.
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